En la medida que enseñamos
aprendemos debido a la reconstrucción de saberes, al cúmulo de experiencia y
trasformaciones inéditas del acto educativo, esta visión se puntualiza en la
postura de Paulo Freire, desde la autonomía pedagógica qué busca quitar los
anclajes mecánicos del proceso de enseñanza aprendizaje que por naturaleza son
criterios unidireccionales y posturalmente rígidos unísonos desde la perspectiva del docente como
generador de conocimientos pero solo desde la trasmisión de saberes sin
empatizar en el proceso mismo qué conlleva la acción humana de educar.
Visto de esta forma el autor sostiene que para poder enseñar, los educadores deben tener
una visión amplia de querer aprender a redimensionar el acto educativo por
medio de las crecientes actualizaciones en cuanto a técnicas y métodos disponibles
a la fecha, para promover la productividad de una forma responsable, donde
el docente debe cuestionarse y negarse a sí mismo sus antiguos patrones de desenvolvimiento
educativo para poder acrecerse de los nuevos diseños para potenciar su labor.
Por lo tanto, el reto o desafío docente en la actualidad es desear aprender
para poder enseñar, cambiar la verticalidad por la multidireccionalidad, es un
cambio de enfoques y paradigmas donde sin duda los modelos, métodos y
estrategias van a reemplazar todo lo tradicional y renovar los entornos
educativos en lugares de complejidad social, cultural, psicoemocional para
buscar una convivencia perfecta, armónica y productiva.
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